miércoles, 5 de diciembre de 2012

OTRA JUSTIFICACIÓN

Han pasado varios meses desde la última incursión en mis blogs. Motivos de salud que incluyeron una internación y un tratamiento psiquiátrico, me recluyeron en una falta de creatividad que me hacían imposible "balbucear" por escrito cosas coherentes. Veremos si de esta nueva etapa surge algo que valga la pena. ¡Ah! Gracias a todos los que se preocuparon por mí, que me visitaron o que pusieron su oración a mi servicio.

domingo, 27 de mayo de 2012

PENTECOSTÉS

- "Qué es Pentecostés?" nos preguntan los chicos. 
-"La venida del Espíritu Santo", contestamos los catequistas. Si preguntan un poco más, les contamos una historia antigua. Leemos Hechos 2, donde se cuenta como María y los apóstoles recibieron el Espíritu que Jesús les había prometido y salieron hablando una lengua que entendían todos.
¿Nos preguntamos alguna vez cuán vieja es esa historia? Yo te doy esa respuesta: Nada de vieja. Es una noticia de hoy.
En la Biblia existen tres tiempos: 
El tiempo del Padre: abarca todo el Antiguo Testamento. En esos libros, la presencia del Padre es continua. Dialoga "en persona" con su pueblo elegido. Se aparece a los patriarcas y a los profetas ordenando, amenazando, prometiendo. Puede ser una voz, un trueno, una llama, un ángel, pero siempre es Él.
El tiempo del Hijo: Está en los Evangelios. El Verbo hecho carne habitó entre nosotros 33 años, pero su tiempo fue el tiempo de predicación, unos 3 años.
El tiempo del Espíritu Santo: Jesús prometió ese abogado no sólo a sus apóstoles, sino también a nosotros, ya que dijo que estaría hasta que Él volviera. Es todo lo que cuenta el resto del Nuevo Testamento y sigue hasta nuestros días.  La parusía aún no ha llegado, por lo que este es el tiempo del Espíritu Santo. Dicho de otra manera: nuestro tiempo es el tiempo del Espíritu Santo. Con Él esperamos al Hijo con confianza en la misericordia del Padre.
Sin embargo ¿Cuántas invocaciones al Espíritu Santo hacemos en nuestra vida diaria? ¿Captamos especialmente que en el momento de la epíclesis de la misa, cuando el sacerdote impone las manos sobre las ofrendas, está invocando al Espíritu Santo?
El Espíritu Santo no es una parte de Dios. Es tan Dios como el Padre y como el Hijo. Uno y trino, misterio que no se razona ni se entiende, se siente.
En nuestro bautismo hemos recibido al Espíritu prometido y, con Él, la posibilidad de hablar esa lengua que entienden todos, la del amor. Y más con hechos que con palabras.
En esta tierra nos tocó el tiempo del Espíritu. Él es quien nos llevará al Padre por la redención del Hijo.

viernes, 4 de mayo de 2012

MENTE CIENTÍFICA

Quienes han hecho de la razón su única fuente de conocimiento, no pueden admitir que haya un Dios creador. Para ellos no hay nada más irrazonable, ni más anticientífico, ni más ilógico. Y tienen razón. Lo que no tienen es fe. O, mejor dicho, tienen una fe irrazonable, anticientífica e ilógica. 
Ante el misterio del origen del universo, para la FE del científico, nunca es posible una creación. La respuesta es más sencilla: en el origen había un “algo” chiquito y lleno de energía, que un día explotó expandiéndose en un millonésimo de segundo hasta convertirse en las estrellas, los planetas, las nebulosas que conocemos y que no conocemos. ¿Cómo explotó? Eso no importa. Alguien habrá encendido un fósforo dentro de esa cosita llena de energía y… sabemos que la energía es altamente inflamable. 
Los científicos han descubierto también que el universo no ha dejado de expandirse. La mente del científico es incansable, por eso se pregunta por qué se expande. Y se responde: porque hay una fuerza oscura que separa los cuerpos. ¡Ahhh! ¡Ahora está todo claro! Algún caasI notweN habrá descubierto que la manzana que tenía sobre la cabeza ascendió hacia el árbol y calculó que, así como la fuerza de gravedad es igual al producto de las masas dividido el cuadrado de la distancia, la energía oscura es una fuerza gravitacional de carácter repulsivo que para calcularse necesitaría miles de pizarrones y toneladas de tiza.
 Ya se han hecho esos cálculos, descubriendo que esa fuerza es menor de lo que suponían, es infinitamente pequeña. 
Y podríamos seguir razonando estas sinrazones hasta descubrir que no descubrimos nada sobre el origen del universo. 
Quizás haga falta un poco más de lucubraciones científicas para llegar al Dios creador.


jueves, 29 de marzo de 2012

LAS VISITAS DE BENEDICTO XVI




Mirando en la tele y leyendo las noticias de las visitas del Papa a México y a Cuba, no pude menos que reflexionar sobre el estado de la Iglesia actual. El resultado de la reflexión no fueron más que incógnitas, planteos que me hago y que le hago a la Iglesia, a la que orgullosamente pertenezco.
Recordé lo que contaba Susana, una de nuestras hermanas en la fe, que viajó a Roma en ocasión de la beatificación de Juan Pablo II. Se sorprendió porque las calles, con millones de fieles de todo el mundo, contrastaban con las grandes Basílicas desiertas durante las misas.
Sabemos que México es el segundo país del mundo en cantidad de católicos (75 millones), por eso no nos sorprende la alegría con que fue recibido Benedicto XVI. Pero en Cuba, la religión fue prácticamente prohibida por mucho tiempo y abundan infinidad de cultos esotéricos y supersticiosos. ¿A qué se debe que la gente se agolpara para aclamar al Papa más acusado de reaccionario que todos sus antecesores?
Ese fenómeno, que sucede en Roma, en México y en Cuba, podemos observarlo en nuestro país. Pocos son los bautizados que reciben otros sacramentos (el del matrimonio, casi olvidado), menos los que concurren habitualmente a misa, y muy poquitos los que se involucran en su Parroquia, que “militan”. Sin embargo millones de personas se movilizan en las peregrinaciones y miles participan de las procesiones de las Parroquias.
¿Será que el templo ha dejado de ser el centro de culto y que el encontrarse con el otro, con el prójimo, en la búsqueda común de lo sagrado, ha pasado a ser la forma de ver el rostro del Dios invisible?
Los signos que recibimos nos hacen pensar que la fe y lo sagrado no han muerto. Y quizás tampoco ha muerto la  religión: en el corazón del hombre persiste la necesidad de “religarse” con Dios, de reencontrarse con el paraíso perdido
¿Será que también necesita religarse con su Iglesia? Los fieles más simples no necesitan teologías ni etimologías para saber que iglesia significa “asamblea” y que no hay Iglesia sin pueblo.
Ese pueblo necesitado de llegar a Dios, ha comprendido también la etimología de “pontífice”: el que hace puentes y el sentir al papa puente  entre Dios y el hombre, puede más que toda la propaganda adversa que se le ha hecho. ¿Qué dicen ahora los que se llenan la boca hablando de hacer la voluntad del pueblo?
El concilio Vaticano II dio un gran paso en acercar el pueblo a la Iglesia o, mejor dicho, lograr que la iglesia sea pueblo. Para algunos fue pequeño ese paso, para otros fue poner a la Iglesia al borde del abismo.
A veces pienso que la importancia de la renovación de los ritos hizo que nos estancáramos en ellos. Quizás haya que retroceder un poco y avanzar otro poco, buscando la dirección correcta.
Como ejemplo pongo la modificación en la celebración de la misa. Fui uno de los que celebré que el sacerdote dejara la postura Ad Orientem o Ad Deum o Versus Absidem (de espaldas a los fieles) y se asumiera la de Versus Populom (de frente a los fieles). Tarde supe que no había sido eliminada la forma anterior, sino que podían convivir ambas.
Acaso el pueblo haya descubierto que los sacerdotes muchas veces han creído hacer las veces de Dios. Tal vez los fieles necesiten más al sacerdote que se pone con ellos, frente a Dios para rogarle, alabarlo y a agradecerle, que el que se cree del lado de Dios.
¿Será conveniente mezclar un poco el rito, para que el sacerdote se ponga de cara al pueblo sólo en el momento de la consagración, cuando realmente asume el rol de Cristo (o cuando Cristo lo utiliza como herramienta)?
Este “reaccionario” Papa ya lo dijo en su libro “El Espíritu de la Liturgia” cuando no era más que el cardinal Joseph Ratzinger:
“Considero absurdas las innovaciones que ponen a un lado la cruz para liberar la vista de los fieles al sacerdote ¿Será que la Cruz incomoda? ¿Será que el sacerdote es más importante que el Señor? Este error debería ser corregido lo más deprisa posible. El Señor es el punto de referencia. Es el sol naciente de la historia…el sacerdote”
 Ahora, hasta se ha llevado el sagrario a un lado o a otra nave, para que no distraiga a los fieles.  Y algunos sacerdotes prefieren acortar la lectura de la Palabra antes que abreviar su homilía.
Pero el pueblo sigue siendo Iglesia y descubre al buen pastor. 
Considero que los sacerdotes siguen siendo necesarios, pero que los fieles necesitan a consagrados que caminen junto a ellos. Muchos deberán cambiar el rumbo, para que el pueblo no los “puentee” y, como en el caso de México y Cuba,  vaya directo al puente, sin pasar por ellos.

domingo, 19 de febrero de 2012

VERDAD - LIBERTAD

Benedicto XVI,  durante la Lectio Divina, recomendó  a los seminaristas de la diócesis de Roma “un nuevo modo de pensar como cristianos no conformistas”
El  Papa afirmó: “No queremos ser siempre alabados, no queremos la apariencia, sino la verdad, porque sólo esto nos da la verdadera libertad, ante la necesidad de agradar, de hablar como piensa la masa.”
Una recomendación que viene bien no sólo a los seminaristas sino también a muchos sacerdotes y obispos y –¿por qué no decirlo?– a muchos laicos.

FUENTE:  L'Osservatore Romano  (17 de febrero de 2012)