miércoles, 19 de noviembre de 2014

REDEMI TE

Ahora, así dice Yahvé tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. "No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío.
 Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti.
 Porque yo soy Yahvé tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He puesto por expiación tuya a Egipto, a Cus y Sebá en tu lugar, dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo.
Isaías 58,12 (Versión: Biblia de Jerusalén, tercera edición – 2001)

 El favor y la buena voluntad de Dios hacia su pueblo hablan abundante consuelo a todos los creyentes. La nueva criatura, doquiera esté, es hechura de Dios. A todos los redimidos con la sangre de su Hijo, los ha apartado para sí. Los que tienen a Dios para sí, no tienen que temer quién o qué pueda estar contra ellos. ¿Qué son Egipto y Etiopía, todas sus vidas y tesoros, en comparación con la sangre de Cristo? Los creyentes verdaderos son preciosos a ojos de Dios; su complacencia está en ellos por sobre cualquier persona. Aunque pasen por agua y fuego, mientras tengan con ellos a Dios, no tienen que temer mal alguno; serán levantados y sacados.
 Comentario de la Biblia de Mathew Henry 

Mathew Henry (1662-1714): Galés presbiteriano. Realizó un exhaustivo estudio de la Biblia. que cubre la totalidad del Antiguo Testamento, los Evangelios y los Hechos. Después de su muerte la obra fue terminada por sus seguidores.

martes, 18 de noviembre de 2014

DE LA LECTURA DE HOY

Al Ángel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios.
Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.
Tú dices: "Soy rico; me he enriquecido; nada me falta". Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. 
(Apocalipsis 3, 14-17)

Laodicea era la ciudad más opulenta de las siete que había en Asia. Se le conocía por su banca industrial, la manufactura de lana y la escuela de medicina que producía un medicamento para los ojos. Pero la ciudad siempre tuvo un problema con el suministro de agua. En cierta oportunidad se construyó un acueducto para transportar agua a la ciudad desde manantiales de agua caliente. Pero cuando el agua llegaba a la ciudad, no estaba ni caliente ni fría, solo tibia. La iglesia había llegado a ser tan insípida como el agua tibia que llegaba a la ciudad.
El agua tibia es desagradable. La iglesia de Laodicea se había vuelto tibia y por lo tanto era desagradable y repugnante. Los creyentes no adoptaban una posición firme. La indiferencia los había conducido a la ociosidad. Al dejar de hacer algo por Cristo, la iglesia se había endurecido y estaba satisfecha de sí misma. Estaba destruyéndose. No hay nada más desagradable que un cristiano solo de nombre que es autosuficiente. No se conforme con seguir a Dios a medias. Permita que Cristo avive su fe, y póngala en acción.
Algunos creyentes suponían equivocadamente que la abundancia de bienes materiales eran indicio de la bendición espiritual de Dios. Laodicea era una ciudad rica y la iglesia también lo era. Pero lo que la iglesia pudo ver y comprar llegó a ser más valioso para ellos que lo que no se ve y es eterno. La riqueza, el lujo y la comodidad pueden convertir a las personas en confiadas y satisfechas de sí mismas. Pero por mucho que usted tenga, no tiene nada si no posee una relación vital con Cristo. ¿De qué forma influye su nivel económico actual en su vida espiritual? En vez de concentrarse en la comodidad y el lujo, busque su verdadera riqueza en Cristo. 
(Comentarios de la "Biblia del Diario Vivir")

La “Biblia del Diario Vivir es una versión de estudio de la Reina-Valera (1960 – Sociedades Bíblicas Unidas)