Toda
la liturgia, pero especialmente la misa, cumple con cuatro fines clásicos. Es
un sacrificio:
Latréutico: rinde a Dios culto de adoración, para reconocer su infinita excelencia, poder y
majestad.
Eucarístico: reconoce
a Dios dueño y Señor de todo lo creado y le agradece
sus inmensos beneficios.
Impetratorio: pide a Dios
bienes materiales y espirituales, temporales y eternos.
Propiciatorio: satisface a Dios por los pecados
cometidos pidiéndole nos acompañe en el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario